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País Circular: «Alto Tarapacá y Jardín Botánico Nacional de Viña del Mar: los proyectos de recuperación de agua que ayudan a la protección de los ecosistemas»

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Ambas iniciativas impulsadas por Coca-Cola buscan cumplir con la política global de la empresa: reponer el 100 por ciento del agua que utiliza en la elaboración de sus productos. En el caso del altiplano iquiqueño, “Más Agua” ya superó la meta de recuperar 200 hectáreas de bofedales y vegas de comunidades aymaras, gracias a la técnica ancestral del “champeo”, mientras que el Jardín Botánico de Viña del Mar suma 30 mil metros de zanjas y 20 mil árboles para cosechar el agua que se pierde por escurrimiento. En enero, cuando el Parque de las Aguas se inaugure oficialmente, se plantarán 10 mil nuevas especies.

Separadas por casi dos mil kilómetros, Iquique y Viña del Mar cuentan con dos proyectos financiados por Coca-Cola que tienen un objetivo común: reponer el 100 por ciento del agua que utiliza en la elaboración de sus productos, en concordancia con la política a nivel mundial que ha adoptado la empresa multinacional. En ambos casos, la intención de Coca-Cola es retener el agua que escurre naturalmente hacia el mar, y aprovecharla para regenerar la vegetación perdida o propiciar la plantación de nuevas especies.

La primera de estas iniciativas partió en 2013 como un proyecto piloto y se circunscribió a la zona de Alto Tarapacá. El programa “Más Agua”, en efecto, se propuso recuperar 200 hectáreas de bofedales y vegas que son clave en el desarrollo cultural y económico de los pueblos originarios que habitan en la precordillera y cordillera andina: estos vegetales producen suelos orgánicos y actúan como esponjas capaces de retener y almacenar agua, lo que mitiga fluctuaciones climáticas entre períodos secos y húmedos.

Por esta razón, el proyecto de Fundación Avina, Coca-Cola y Corporación Norte Grande se trazó como prioridad incluir al pueblo aymara en su implementación. En las cuencas de los ríos Huatacondo, Cariquima, Sacaya, además del salar del Huasco, estas comunidades indígenas emplean la técnica ancestral del “champeo” para retener el agua y poder recuperar los bofedales.

“La técnica del ‘champeo’ se realiza con herramientas muy elementales. Lo que se hace en palabras simples es cortar trozos de esa vegetación muy especial para colonizar nuevos segmentos, que son regados por agua redireccionada con los propios conocimientos y tecnologías de las comunidades. No hay tecnologías foráneas a las que ellas acostumbran a ocupar”, explica el responsable en Chile de Fundación Avina, Hernán Blanco, cuya organización promovió el diálogo entre Coca-Cola y Corporación Norte Grande.

“La técnica del ‘champeo’ se realiza con herramientas muy elementales. Lo que se hace en palabras simples es cortar trozos de esa vegetación muy especial para colonizar nuevos segmentos, que son regados por agua redireccionada con los propios conocimientos y tecnologías de las comunidades”.Hernán Blanco, responsable para Chile de Fundación Avina.

A través de esta técnica, desde su origen en 2013 hasta 2018, “Más Agua” logró reestablecer 50 héctáreas de bofedales en la zona por año, y en 2019 la cifra aumentó a 85 hectáreas. En otras palabras, el proyecto ya ha superado la meta de reabastecer 200 hectáreas planteada al principio. Esto, según Blanco, ha traído “impactos positivos” para la pequeña ganadería de la zona.

“Al aumentar la superficie de bofedales, se otorga un sustento mayor a las comunidades, provoca que los jóvenes no abandonen sus poblados tradicionales. Y además, es posible certificar el agua que se mantiene en el ecosistema, y evita que se escurra y se infiltre”, agrega el representante de Fundación Avina, quien advierte que el programa, además, realiza el trabajo adicional de monitoreo y seguimiento a las 50 hectáreas recuperadas por año.

De hecho, de acuerdo a las cifras que maneja Coca-Cola, a fines de 2018 se habían recuperado 1.991.000 metros cúbicos de agua. Adicionalmente, en el marco del proyecto, se han realizado talleres de capacitación a los ganaderos de la comuna, a través de los profesionales del Programa de Desarrollo Territorial Indígena (PDTI) de la Municipalidad de Colchane. Junto con ello, en el segundo semestre de 2019, se han efectuado reuniones con el proyecto Explora de CONICYT Tarapacá, para realizar visitas guiadas con colegios, educar sobre la conservación de los ecosistemas andinos y difundir “Más Agua” en la comunidad.

En un lapso de dos semanas, dice Alejandro Peirano, director del Jardín Botánico Nacional de Viña del Mar, se retomarán las plantaciones y también se repondrán plantas que se perdieron en el camino. Explica la autoridad que se plantarán 10 mil árboles más, lo que hará un total de 30 mil especies nuevas. La diferencia es que se cambió el diseño: primero se instalará el sistema de riego y donde cae la gota, se plantará el árbol.

El Parque de las Aguas espera abrir en enero

Alejandro Peirano, director del Jardín Botánico Nacional de Viña del Mar, dice que la pérdida de la sede de la COP25 no afectará la implementación del Parque de Las Aguas, otro proyecto financiado por Coca-Cola que tiene como objetivo atrapar el agua perdida por escurrimiento, y aprovecharla para plantar nuevas especies.

Lo único que cambiaría, según la autoridad, es la fecha de lanzamiento oficial. Si bien es cierto el Parque de las Aguas -que se comenzó a ejecutar entre 2016 y 2017- sería presentado en el marco de la COP, la fecha se postergará, y lo más probable es que enero sea el mes apropiado para aquello. Sin embargo, agrega Peirano, el parque igual ya está abierto para la comunidad: “Hoy la gente circula sin costo, aunque en algún momento vamos a cobrar. No nos oponemos a que la gente lo visite, todo lo contrario. Eso sí, falta implementar algunas cosas”.

El Parque de las Aguas es parte del Jardín Botánico Nacional de Viña del Mar y cuenta con 250 hectáreas de superficie. En él ya se han plantado 20 mil árboles y se han cavado 30 mil metros de zanjas lineales de 40×40 para efectos de retener el agua que escurre naturalmente al mar. Sin embargo, explica Peirano, esta temporada el proyecto no cumplió plenamente su propósito por la falta de precipitaciones. “Solo tuvimos una lluvia fuerte este año, y si no llueve no tiene efecto. Hay que mantener la esperanza en que volverá a llover”, añade.

En un lapso de dos semanas, dice Peirano, se retomarán las plantaciones y también se repondrán plantas que se perdieron en el camino. Explica la autoridad que se plantarán 10 mil árboles más, lo que hará un total de 30 mil especies nuevas. La diferencia es que se cambió el diseño: primero se instalará el sistema de riego y donde cae la gota, se plantará el árbol.

El objetivo mayor del proyecto, eso sí, es recuperar 300 millones de litros de agua anuales en un lapso de 20 años. Esto se logrará, precisamente, gracias a la construcción de estos “microembalses”, como denomina Peirano a las zanjas, y a la plantación de árboles. Coca-Cola explica que, debido a la condición geográfica chilena, el agua demora 15 horas en transitar desde los cerros al mar, lo que dificulta el tiempo de mantención del recurso hídrico. De ahí la necesidad de construir diques que permitan la captación, recuperación e infiltración de las napas subterráneas.

El nuevo parque tendrá senderos de trekking y miradores para recreación y esparcimiento de las familias. “Estamos preparando los senderos y solo tendremos vegetación nativa. Ya vienen grupos a entrenar, colegios. Mientras no tengamos regularizada la portería, mientras no hagan daño, el parque seguirá abierto”, señala Alejandro Peirano.

Para más detalles, visita la noticia original aquí.

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