Tierra y aire. En las alturas eternas del norte. Allí, bajo ese escenario, la recuperación de la actividad productiva, además de la flora y la fauna de poblados andinos, forma parte de los objetivos del proyecto denominado «MasAgua», que busca rescatar y replantar bofedales, empleando técnicas ancestrales aymaras.
La iniciativa es ejecutada por la Corporación de Estudios y Desarrollo del Norte Grande, con apoyo de la Fundación Avina y la empresa privada. Y, hasta ahora, ha permitido recuperar 230 hectáreas de bofedales en localidades ubicadas en las comunas de Pica y Colchane. Entre ellas, Cancosa, Copaquire, Enquelga, Villablanca y Ancovinto.
Al inicio del proyecto, un diagnóstico del gobierno regional demostró que producto de la migración y el abandono de localidades andinas, esas extensas zonas de humedales en altura, que son los bofedales, estaban degradadas y en peligro.
«Los jóvenes se van de los pueblos y los lugareños en edad productiva, cuya actividad económica prioritaria es la ganadería, también se trasladan para estar más próximos a los mataderos y las zonas urbanas. Los únicos que han ido quedando son gente de avanzada edad, y el trabajo de mantención y recuperación de bofedales requiere de esfuerzo en terreno», cuenta Diego Araníbar, ingeniero civil ambiental a cargo del proyecto.
Para lograr la recuperación de los bofedales se están empleando técnicas ancestrales aymaras, como, por ejemplo, canalización, manejo de agua y champeo.
«Se ha trabajado con respeto a la cosmovisión de las localidades altiplánicas, pues algunas de las vertientes y cursos de agua tienen una representación ligada a su religiosidad. Hemos sumado sus organizaciones, valores comunitarios y generado incentivos para captar a jornales en las mismas comunidades, de tal forma que puedan contribuir a desarrollar canales de regadío y sistemas de distribución de agua», explicó.
MONITOREO SATELITAL
Para monitorear los avances en la iniciativa, la corporación da cuenta de que se desarrollan análisis de los índices de vegetación mediante imágenes satelitales. La autoridad regional, además, indica que los cambios que se han producido gradualmente en las zonas intervenidas han permitido que retorne a esos lugares fauna típica, como los quirquinchos, águilas blancas, suris, vicuñas y flamencos. También, la proliferación de flora nativa y medicinal.
Iván Infante, alcalde de Pica, una de las comunas donde se desarrolla el proyecto «MasAgua», destacó el trabajo cultural. «La recuperación de los bofedales está teniendo un impacto muy favorable, porque también implica un reimpulso a la actividad ganadera, ya que la supervivencia de los animales y de las familias que residen en esos lugares apartados está directamente asociada a las vertientes y los cursos de agua», dijo.
Añadió que «también ayuda a frenar el proceso de migración de jóvenes. Las comunidades se han integrado al proyecto con todas sus tradiciones».
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